Los vecinos y trabajadores que utilizan los servicios de las líneas de colectivos que transitan por la avenida Luis María Campos, de la noche a la mañana, se encontraron con la inoportuna sorpresa de la desaparición de los refugios en las respectivas paradas.
Ello sucedió en momentos que las altas temperaturas, un Sol despiadado y sucesión de precipitaciones. atormentan a los porteños.
Pero, es de pensar, que este molesto hecho sea el anticipo de la llegada del mobiliario urbano al resto del barrio de Palermo, que se encuenta más allá de la avenida Juan B. Justo hacia el Norte, Colegiales y Belgrano.
Vale recordar que la renovación del mobiliario urbano, comenzada un par de años antes; se inició en el microcentro porteño y llegó hasta un límite establecido por la avenida Juan B. Justo y Dorrego. en lo que hace a la instalación de refugios en las paradas de colectivos.
Curiosamente, ante la ausencia de estos refugios en avenidas importantes como Cabildo y Luis María Campos; desde El Vocero denunciamos la innecesaria e inútil instalación de refugios en adyacencias del hipódromo de Palermo, especificamente las ubicadas en la intersección de las avenidas del Libertador y Dorrego y otras sobre Libertador, como parada de taxis, que nunca serán utilizadas.